Introducción
Desde que he comenzado el nuevo tratamiento me encuentro vacía de palabras, pero llena de sentimientos e inquietudes. Pasan los días y descubro que mi papel en blanco sigue igual en la mesa, tal y como lo dejé la noche anterior. Las letras se fueron de vacaciones, quizás si sea cierto que de vez en cuando, algunos de nuestros sentidos más intactos, que forman parte de nosotros, se van de vacaciones, necesitan descansar de nosotros. ¿Puedo irme yo también? Y la cabeza, reina gobernante de este cuerpo destemplado, se resigna a ser perenne en su trabajo, con valor, sin desaliento, con resignación, pero sea como sea, a quedarse conmigo. Estoy temblando.